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martes, 19 de septiembre de 2017

La fragua literaria leonesa: Mari Paz Martínez Alonso

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LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Mari Paz Martínez: "Poeta no es el que publica, sino el que escribe poesía"

Manuel Cuenya | 19/09/2017 - 17:25h.

La poeta y narradora Mari Paz Martínez Alonso, autora del poemario 'De musgo y piedra', sigue escribiendo mientras ofrece recitales músico-poéticos, en compañía de su amigo el cantautor madrileño Moncho Otero, a los amantes de la poesía.

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Mari Paz Martínez. Foto: Flor Méndez Villagrá
Se pudre con tufo a derroche este mundo
En un orbe de conciencia despeñada.
Se reparten en el infierno pan y mantas
Mientras juega Dios, en su oficina, a la petanca.
Pretendemos la quimera de una tierra diferente
Renunciando a este viejo globo por galbana,
Que evitamos cobardes, mirara de frente,
Sin enfrentar la ocasión de enjuagarle la cara.
Representamos el hacer de un pasado desairado,
Abrasador de verdes agros y arroyos cristalinos,
Ofensor de cielos claros y reinos arbolados;
Defensores ignorantes de algún sueño envenenado.
(Mari Paz Martínez Alonso, 'Este mundo', incluido en 'De musgo y piedra')
Autora del poemario 'De musgo y piedra', Mari Paz Martínez Alonso siente que su pueblo y la comarca maragata han sido el principio de su inspiración,  "con todo lo que eso representa, con sus cargas y sus reconocimientos, a veces en igual medida y otras visiblemente perturbadoras".
En cualquier caso, es el espacio donde se reencuentra y comparte sus experiencias, según ella, adonde regresan siempre algunas de las personas más importantes de su vida: sus amigos. "Este pequeño rincón del mundo, esta rancia comarca maragata es el lugar donde siento que mi corazón palpita con más fuerza, unas veces de alegría y otras de desasosiego, pero que me da cuanto necesito para continuar mis pasos", se expresa Mari Paz, cuyo poema 'Esta Tierra' ahonda en esta misma idea: "...me niego a cruzar la puerta/ Que me aleje de estas congojas", porque a buen seguro esta poeta maragata ha encontrado su lugar en el mundo en Santa Colomba de Somoza, donde vive. Y cuando se encuentra este lugar en el mundo, como es su caso, ya no se está dispuesto a abandonarlo, salvo de un modo temporal.
Editado por Marciano Sonoro, cuyos responsables son los artistas Jesús Palmero y Cristina Pimentel, 'De musgo y piedra' es, en palabras de su creadora, un poemario que nació de unas circunstancias muy especiales. "Este poemario nace a partir de una etapa personal muy dura en la que apartaba mis miedos plasmándolos sobre el papel", señala ella, que ha estructurado el libro en tres partes, en las que se muestran los pasos de su vida y los engranajes que la mueven.
Cuenta que la primera parte del poemario, 'Paisajes que me riman', habla de su pueblo, de la tierra maragata y también de esos lugares que le han tocado el corazón. En este apartado aborda la soledad y el abandono que sufren las zonas rurales. Asimismo, se centra en sus estaciones y sus gentes y también en ella misma, en su paisaje interior, aparte del lugar de dónde procede, como nos enseña en su poema 'mi singular paisaje':
"...Recordaré siempre de dónde procedo
Con todo lo digno y ruin en mi equipaje..."
La segunda parte del poemario, 'Los muros que nos apresan', nos invita a despertarnos,  a mirar a los ojos, de frente, nuestra realidad, que por momentos se revela cruel, a reflexionar acerca de lo que somos los seres humanos como raza, como colectivo, aunque también nos habla de sus propias frustraciones y errores.
"En la bilis se atesora
Un recelo exacerbado
Que me hiela la sangre
Y alimenta el naufragio
De un talento que
en vano me está esperando".
(De su poema 'Fracaso')
'Vida, muerte y otras cruzadas' es la tercera y última parte del poemario y la más íntima, en su opinión, en la que expresa sus sentimientos acerca de la amistad, del amor y de la muerte, la muerte como "sombra que acecha cercana durante toda la creación del poemario".
"Este pequeño rincón del mundo, esta rancia comarca maragata es el lugar donde siento que mi corazón palpita con más fuerza, unas veces de alegría y otras de desasosiego, pero que me da cuanto necesito para continuar mis pasos"
La muerte como gran tema, puesto que a todos y todas nos afecta, aunque alguna gente, qué curioso, pareciera vivir como si fuera eterna. "Escribo sobre la muerte, sobre su aceptación cuando los caminos se nos cierran y sobre luchar contra ella mientras aún está viva la llama de la esperanza. Hablo abiertamente del cáncer, enfermedad que sufro desde hace casi cinco años y de la violencia con la que me ha arrinconado obligándome a enfrentar las muertes de amigas en mí misma situación y a evaluar la mía propia en cada recaída. Por eso, escribo poemas como 'Mujer de las mil batallas', 'Versus recidiva' o 'Ex Nihilo'. Cierro el poemario aceptando un posible final que espero llegue dentro de muchos años con un poema titulado 'Cuando la muerte me toque':
...Cuando la muerte me toque
en mi lecho la estaré esperando
libre y vacía de adornos vanos,
me encontrará dócil, descansando.
Entonces,
enjugaré esa lágrima que me comprende
y la llevaré conmigo eternamente", escribe esta poeta y narradora, cuyos versos y relatos están concebidos con el propósito de saciar su creatividad, habida cuenta de que, a su juicio, la escritura es una muy buena herramienta para el desarrollo intelectual y el conocimiento personal, porque presta un espacio para el pensamiento reflexivo y es buena para buscar el conocimiento de uno mismo a diversos niveles.
La escritura como herramienta para el desarrollo intelectual y el crecimiento personal
"Como autora creo que ayuda a desarrollar la empatía, mejorar el lenguaje, la imaginación y la creatividad amén de mejorar la capacidad para ordenar una narración. Creo que los beneficios de entrenar la escritura creativa son ilimitados. Para los lectores resulta además un elemento de relajación y entretenimiento que ofrece una gran variedad de estilos y de textos de gran singularidad", apunta Mari Paz, que se muestra satisfecha de que Marciano Sonoro haya creído en su obra, al igual que lo ha hecho con otros autores de la comarca maragata, como es el caso de los artistas astorganos Javi Morán o Carlos Huerta, El Solito Trovador.
Ocurrió que siempre fui una frágil chiquilla
Viviendo otra vida a través del relato,
Oculta siempre tras las páginas de algún libro
Que capítulo a capítulo me han cobijado.
Eran mis héroes salidos de un cuento,
Aquellos que con su bondad campechana
Rescatan a la niña perdida del lobo
Que la acecha con amenazadora mirada.
Se recrea mi mundo a través de palabras
Que alimentan mi mente, de insaciable apetito.
Se aloja mi identidad en el párrafo escrito
entre palabras que bailan al son de mi prosa.
Y se evidencia que sólo leer me motiva
A descubrir nuevos mundos en este viaje.
Y me concede cada obra vivir otra vida
Eludiendo la mía cuando me falla el coraje.
Puede lastimarme hoy el mundo si quiere
Con su juego azaroso de caminos dispares
Que yo me siento a salvo en Macondo
Con su soledad de cien años vividos en una tarde.
(Mari Paz Martínez Alonso, 'A salvo en Macondo', incluido en 'De musgo y piedra')
"Somos en síntesis una pequeña gran familia de marcianos a los que también nos gusta colaborar de vez en cuando en los distintos proyectos que se van desarrollando. Jesús Palmero y Cristina Pimentel tienen un gran amor por la literatura y la música, así como por el arte en general que quieren expresar a través de su editorial mostrando los talentos que se encuentran, sobre todo, en la comarca y también fuera de ella. Me siento enormemente agradecida de que apostaran por mí y me permitieran, también a mí, hacerlo", aclara esta poeta, que está haciendo incursiones en el ámbito de la narrativa, sobre todo en el relato corto, algo que le parece difícil, porque le obliga "a sintetizar mucho la historia que se va a contar y la pone en peligro corriendo el riesgo de crear una historia demasiado plana o excesivamente enmarañada".
Reconoce que, cuando escribe narrativa, se apoya mucho en su faceta poética, con lo cual trata de llevar a la prosa algo que originariamente podría estar escrito en verso, manteniendo así la fuerza del relato. "Escuché decir una vez que un relato es bueno cuando se consigue atrapar al lector con las dos primeras líneas y no dejarlo ir en las dos últimas", sintetiza Mari Paz, quien se define como buena lectora y clásica en lo referente a la poesía, porque para poder escribir, según ella, "uno primero tiene que leer, activar las emociones derivadas de historias, poemas o cualquier otro tipo de obras".

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