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martes, 18 de abril de 2017

La fragua literaria leonesa: Marga Merino

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LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Margarita Merino: "España es un país tremendamente cruel en sus modos y más con sus propios hijos"

Manuel Cuenya | 18/04/2017 - 13:56h.

La poeta leonesa Margarita Merino, autora de varios poemarios, entre otros, 'Viaje al interior' y 'Viaje al exterior', vive en Estados Unidos desde hace años, donde sigue escribiendo.

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Marga Merino (izda) con una amiga en EE.UU
He sido señorita pensante de provincias interiores
compartiendo la tristeza de las gentes disecadas
en rancios museos parroquiales con un rictus amargo...
(Margarita Merino, 'Viaje al interior')
Conozco a Margarita Merino desde hace años. Recuerdo, con afecto, una velada en su compañía en Bembibre, con motivo del Festival del Botillo. Ingeniosa, divertida, inteligente, buena conversadora, es una gran poeta leonesa, que, como tantos y tantas, decidió irse a Estados Unidos, donde vive en la actualidad, país que, con todos sus prejuicios, con todos sus defectos –véanse las últimas y desafortunadas elecciones– es un país democrático. "Por ejemplo el abuso a la mujer aquí tiene consecuencias", señala ella.
"Desde la lejanía lo que me toca más fundamentalmente es mi particular 'sentimiento de España'", precise, al tiempo que recomienda la lectura de 'Nuestro desamor a España: cuchillos cachicuernos contra puñales dorados', el "imprescindible y excelente" libro de Juan Pedro Aparicio, porque "vivimos con demasiadas lagunas y mentiras sedimentadas –en su opinión– una falta de conocimiento de la historia real que debe estudiarse y hacerse cotidiana para que a todos sirva, para entender sus consecuencias y sombrías lecciones y para que no se repita".
En este sentido, está convencida de que "España es un país tremendamente cruel en sus modos y más con sus propios hijos y entre sus propios vecinos. Con honrosas excepciones por supuesto, es parte de nuestra terrible herencia fratricida",  especifica esta "ciudadana vertiginosa y transparente".
Margarita, en un tono similar al de Valle-Inclán de 'Luces de bohemia' o bien el propio Forges, dice que "en España se prefiere que suba el torpe y se desdeña al valioso, se aparta al solitario, se pisa al caído. Se entierra al que eclipsa. Llegan los ágrafos y los iletrados a puestos cruciales, y la vulgaridad en que hemos reducido todos los niveles es impresentable. No son los líderes actuales ejemplo de nada. Debe leerse el libro de Juan Pedro Aparicio en las escuelas. Insisto", sostiene contundente esta autora leonesa, para la que León, "por bello que sea o por importante que a tantos nos parezca, no deja de ser un accidente que no se elige el nacer aquí, allá o acullá".
Recuerda que sus años infancia fueron rígidos en "una provincia aislada e interior y una pequeña ciudad ultraconservadora, aunque fuera habitable y su burguesía quisiera preservarla así, detenida en el tiempo...  Siempre añoré el contacto inmediato con la naturaleza que otros niños tuvieron en sus pueblos a diario, sin desconocer por supuesto sus dificultades allí y ciertos privilegios que yo tuve, como los disfrutar de una buena biblioteca familiar".
De su pasado remoto –rememora– echa de menos la presencia ahora de personas sencillas con verdaderos ideales, que puedan inspirar sentido de renovación, de autocrítica y humildad... con cultura universal y mirada abierta a ciertas situaciones...
Cree que en León, como en el resto de España, hacen falta filólogos, historiadores, politólogos, juristas, ingenieros, profesores, geógrafos, biólogos, veterinarios..., "serios especialistas independientes que traten con sabiduría problemas cotidianos que tenemos sin resolver: corrupción, pobreza, contaminación e incendios provocados, flora y fauna acosadas, mal uso del castellano, infraestructuras deficientes, autonomías lamentables, aguas y aires envenenados, convivencia deteriorada, paro sobrecogedor, y sobre todo la maltratada educación en la confusión de las prioridades. Me planteo seriamente si no seremos plaga los poetas y escritores de ficción.  Hacen falta lectores eclécticos y ensayistas que se formen con rigor y sin prisas.  Creo que hay que potenciar la investigación exigente, objetiva por su necesidad en nuestro país. No estaría mal que los ayuntamientos hicieran cursos y talleres de historia, de educación ciudadana, de personajes desaparecidos por ejemplo, y como norma, de investigación... E invitar a los viejos maestros que tienen tanto que decir y enseñar y de los que nadie se acuerda... Sobre todo creo que necesitamos personas buenas y generosas que eleven la sociedad... como aquellos humildes maestros de la República que tuvieron sueldos de hambre y pagaron con sus vidas su servicio a la comunidad".
"En España se prefiere que suba el torpe y se desdeña al valioso, se aparta al solitario, se pisa al caído. Se entierra al que eclipsa. Llegan los ágrafos y los iletrados a puestos cruciales, y la vulgaridad en que hemos reducido todos los niveles es impresentable. No son los líderes actuales ejemplo de nada"
Sus emociones, sus recuerdos infantiles aparecen plasmados en algunos de sus poemas como el titulado 'Pájaros negros junto a los ventanales', incluido en 'Viaje al exterior'. También los paisajes y retratos leoneses están presentes en su poemario 'Viaje al interior' (por el que recibiera el Premio Gonzalez de Lama, "un espejismo de alegría"), o en el poema 'Quien nunca he sido', perteneciente a 'Baladas del abismo' y aun en otros de 'Halcón herido' o 'Demonio contra arcángel'. Asimismo, también aparece la tierra leonesa en sus artículos.
León como recuerdo
León sigue siendo, para ella, el lugar en que vivían sus padres, el de sus amigos, el de sus vecinos Fernández-Llamazares Nieto, que fueron sus compañeros de infancia con los que cambiaba objetos maravillosos desde las ventanas con un calderín de playa que subía y bajaba... Ese León "del gran médico de huesos don José Mayo que me salvo la vida en una osteomielitis a los seis años, León de los patines y la bicicleta, el de los paseos tranquilos y los cielos resplandecientes. León de los afectos y las afables personas de todo tipo amigas de mi padre, un hombre bueno, abogado compasivo que trascendía las ideologías en el trato humano. El León de Paco Villagordo, de Tazón y de Luis Crespo, de Antonio Gavilanes o de Antonio González de Lama, de Cosme Rodríguez Mínguez, Ángel Marín o la Orquesta de Cámara, el León de Luis Saénz de la Calzada, de Severino, Morillo y Guillermo, de Paco, la Gestoría... El León de los guardicioneros, -todavía me acuerdo de la tienda de Elías en Padre Isla, del Maragato, de los mecánicos –Negral- y los chapistas, los carpinteros, los libreros, de las chicas de servicio que lloraban sus pueblos en pisos como nichos... El León de las niñas 'bien' vestidas de fantasía por impecables modistas: Sensia, Modas Vicanrro... De fotógrafos como Antonio Salazar. León de Andrés Viñuela y Jerónimo Norberto, de los coches de choque y las piscinas heladoras, de los señoritos del Casino, de los gitanos y los mendigos de la ciudad paralela que espiaban a las que tomábamos el sol en la hierba cercada por arbustos, ay... León de los castaños de Indias, del Garaje Norte y el Sanatorio Hurtado y sus árboles de lilas... Desde sus ventanas las monjitas nos tiraban baldes de agua a los patinadores intrusos... El León posterior, remoto y desaparecido también que salió en el borbotón del poema 'Manuel Jular en negro por un rato'. Ese León en que ya no viven (Santa) Manuela González Brasa, mis padres, ni están presencias como la de Chus de 'Casa Benito' ni los amigos asturianos con los que canté en mi juventud".
No se olvida, tampoco, de sus amigas de infancia, entre ellas, Covi Guisasola, Begoña y María Jesús Muñiz, Carmen Rosa y Beatriz Navarro, Pilar de Celis, Camino Fernández, Elenita ¿? la filipina, Cati Otero Hidalgo... "Tengo que exceptuar a los que eran prepotentes, machistas, y que vivían insultando y despreciando a los demás desde cargos públicos o políticos, algo muy triste y demasiado común todavía en León y nuestro país, donde quedan demasiadas herencias feudales y anticívicas de prepotencia y desprecio", aclara Margarita, quien cree que España debe normalizarse en su relación con la historia, con su pasado, y suavizarse en la convivencia diaria que arrastra tantas maneras anormales e incluso podridas.

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