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martes, 24 de noviembre de 2015

La fragua literaria leonesa: Elena Soto

La Fragua Literaria Leonesa

Elena Soto: "En ciencia lo inesperado es más sugerente e inspirador que lo evidente y en literatura, también"

Manuel Cuenya | 24/11/2015 - 10:17h.

La poeta y periodista ponferradina Elena Soto, autora del reciente 'Invierno sin corazón', sigue escribiendo, sobre todo poesía. Y continúa publicando en su blog.

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Periodista y poeta o viceversa, Elena Soto es una berciana marcada profundamente por su infancia, "todo lo que ves, escuchas, hueles... en esta época te acompaña toda la vida... infancia, divino tesoro", rememora con morriña su tierra: el final del invierno con los almendros en flor; el comienzo del verano, con las cerezas; el otoño con la vendimia y los castaños, "todavía después de muchos años el ritmo de las estaciones está marcado por árboles de mi infancia. Me gusta el mar, pero echo de menos los ríos y los bosques con esos colores increíbles de las hojas en otoño". También recuerda con afecto aquellos cuentos, como la Loba Parda, Ábrete Sésamo, o bien un hacha de oro, la pastora de gansos o el de una culebra que retenía una doncella en un castillo, que le contaban de pequeña. "Años más tarde he descubierto que eran historias transformadas de lugares y procedencias dispares, unos eran romances, otros cuentos de 'Las mil y una noches', y algunas fábulas", explica Elena, convencida de que el Camino de Santiago, a su paso por el Bierzo, ha contribuido a que se forje una tradición oral tan diversa, en la que juglares y peregrinos traían historias de muchos sitios y la gente que las escuchaba, al recordarlas y contarlas, mezclaba y añadía cosas de su cosecha.
"El ritmo de las estaciones está marcado por árboles de mi infancia. Me gusta el mar, pero echo de menos los ríos y los bosques con esos colores increíbles de las hojas en otoño"
Aparte de la huella que le dejaran aquellos cuentos de la infancia, reconoce la impresión que le produjeran los libros que leyera en la adolescencia, aquellas expediciones de exploradores como Shackleton o Scott a los confines de la Tierra, a la Antártida, que hicieron volar su imaginación  con la belleza de esos paisajes desolados y extremos. "Imágenes como la del volcán Erebus, que está activo, con un glaciar descendiendo por sus laderas hacia el mar me parece muy potente".
En la actualidad vive en Palma de Mallorca, donde ejerce el periodismo científico. Tiene incluso un blog:establopegaso.wordpress.com en el que podemos leer enlaces a libros y artículos científicos. Y colabora con 'Tam Tam Press' en una sección dedicada a la ciencia y la poesía.
La Literatura y la Ciencia aunadas, religadas en su modo de entender y componer el mundo, porque, como ella misma señala, amabas materias tienen más relación de lo que en principio pudiera parecer, porque la Ciencia, cuando logras entenderla, es muy poética. "Algunos titulares que aparecen en los medios como  'Un peine de luz ayuda a conocer el universo' o 'Descubren cómo las plantas olvidan el invierno' en sí mismos ya son versos". La Ciencia, en todo caso, le sirve como punto de partida para escribir poesía. La Ciencia y la Poesía como reveladoras, acaso de misterios y secretos, habida cuenta de que los descubrimientos científicos más transcendentales –asegura– se parecen mucho a las buenas metáforas y a otros recursos literarios como las paradojas o las antítesis. Son imprevisibles, contraintuitivos, rompen los esquemas, pero cuando se indaga ese elemento discordante que, en principio, no encaja, no sólo funcionan sino que cambian el mundo. "En ciencia lo inesperado es más sugerente e inspirador que lo evidente y en literatura, también", matiza Elena, persuadida de que cuando un experimento arroja un resultado imprevisto que, en principio, va contra lo establecido, acaba moviendo el piso de la ciencia y haciendo avanzar más rápido el conocimiento. En este sentido, abundan los ejemplos, que corroboran la teoría. Como el caso reciente –recuerda ella– del cristalógrafo Daniel Shechtman, quien casi pierde su trabajo, siendo el hazmerreír de la comunidad científica, por observar en el microscopio una estructura considerada imposible. Pero, por fortuna, otros investigadores, años más tarde, comenzaron a ver algo parecido. Y ya en 2009 encontraron un mineral con esa estructura, que había visto el científico israelí Shechtman, a quien le dieran el Nobel de Química en 2011, por el descubrimiento de los cuasicristales, un nuevo tipo de materiales que desafiaba los conocimientos científicos.
"Evocar la lluvia, traerla al presente y pensar que hace dos o tres mil años pudo haber formado parte del océano, es previsible, pero que haya sido saliva en la lengua del faraón me parecía más sugerente".
La poesía como evocación, invocación y provocación
Galardonada con el premio Carmen Conde de Poesía, por su poemario 'Métricas del alma' (Ediciones Torremozas, 2003), ha publicado recientemente 'Invierno sin corazón' (Ediciones Torremozas, 2015), cuyo título es una traducción literal 'Kernlose winter', que describe una peculiaridad del clima de la Antártida (en la parte central de este continente, durante el invierno, las temperaturas quedan atrapadas en una media de –62 °C), que vendría a ser como un invierno sin alma o sin núcleo, y por extensión sin corazón, según Elena, que eligió ese título porque le parecía que reflejaba esa doble vertiente. En este libro figuran muchos poemas inspirados en temas científicos. 'Esta lluvia que ahora humedece mi cabello ha sido saliva en la lengua del faraón' es el evocador verso incluido en el poema del ciclo del agua, perteneciente a su 'Invierno sin corazón', que sería como la esencia de este poemario, con el agua como elemento que impregna todo, ya sea en estado sólido, líquido o gaseoso. "Evocar la lluvia, traerla al presente y pensar que hace dos o tres mil años pudo haber formado parte del océano, es previsible, pero que haya sido saliva en la lengua del faraón me parecía más sugerente". También, en su último poemario publicado, Elena menciona una frase reveladora, de Paul Dirac, uno de sus físicos preferidos: «en la física intentamos explicar, en términos simples, algo que nadie sabía antes. La poesía hace exactamente lo contrario». Un científico para quien las leyes físicas debían ser, ante todo, matemáticamente bellas, un concepto que guio todos sus descubrimientos, precisa ella, fascinada con esta postura estética, que parece una locura, "pero cuando sabes que una prueba diagnóstica clínica como el PET (Tomografía por Emisión de Positrones) está basada en la antimateria, predicha por Dirac, y en su ecuación, no deja de admirarme que su postura radical sobre la belleza se haya materializado en aplicaciones tan concretas como esta", apostilla esta poeta y periodista científica ponferradina, quien entiende la poesía como evocación, invocación y provocación, que traiga algo a la memoria o la imaginación, que lo haga presente y que produzca una reacción. Y cualquier motivo más o menos poético puede ser, a priori, bueno. "¿Una bolsa de plástico o un atardecer? Pues depende de la mirada". Asimismo, cree que el ritmo, que nada tiene que ver con la rima, es básico. La poesía, como la música, es fundamentalmente ritmo.
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