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jueves, 24 de noviembre de 2011

Robés, el fotógrafo universal de Villafranca del Bierzo

Recuerdo aquel día espléndido en la matria de Gil y Carrasco, aquel día en la villa-franca cual si fuera un peregrino  que se acercara por primera vez a la misma, con ojos de asombro y alma de viajero. Allí me topé por pura casualidad -el azar juega un lugar casi esencial en nuestras vidas- con el fotógrafo Robés, que se mostró hospitalario y hasta se me ofreció como cicerone. En una próxima ocasión, querido amigo. 


Os invito a daros un paseo por su web: http://www.robesfotografo.com/


Desde que descubriera su trabajo fotográfico sobre "La tumba de Keats", me he quedado prendado de sus imágenes. La imagen, qué importante, en la época actual, sobre todo si es captada con la mirada de un niño (niña) que viera el mundo por vez primera, como si lo reinventara y nos lo devolviera, a nosotros, humanos, demasiado humanos, impregnado de vida, de ternura, de pasión. De modo que podamos saborearlo, tocarlo y hasta olerlo. "La madurez -decía Nietzsche- significa haber recuperado aquella seriedad que de niños teníamos al jugar". 


El tándem Robés-Mestre (Mestre-Robés) es perfecto en su aproximación al cementerio Accatolico (protestante) de Roma, donde está enterrado el poeta Keats (aquí yace uno/cuyo nombre estaba escrito en agua, 24 de febrero de 1821), aparte de otros ilustres e ilustrados como su amigo Severn, Gramsci, Percy B. Shelley... Ambos tuvieron la ocasión, magnífica, de vivir durante una temporada en la Ciudad Eterna, una de las más hermosas del mundo. Mestre creó/construyó una extraordinaria poética en torno a la tumba de Keats (y Roma al completo) y Robés siguió el rastro con su cámara. 


Foto: Robés
Ahora Robés nos muestra unas imágenes cargadas, algunas, de sensualidad y belleza decadente sobre esa ciudad  sabrosona que es La Habana (tal vez la mejor del mundo, según mi estimado Mario Gaviria, que me invitó a adentrarme en los entresijos de esta capital controvertida). Encadenada en lo político y explosiva en lo humano. El rostro de La Habana es lo que fotografía Robés, quien dice: "intento colocarme en esa línea peligrosa de las luces contrastadas, por donde anidan los sentimientos, entre la piel de la persona y su camisa... cuando se da esa desnudez es el instante que hay que fotografiar, es el esquivo 'momento de la verdad'". Este trabajo, concluye el artista, se puede resumir en una sola palabra, Vida. Definitivo.




Foto de foto: Cuenya
Confieso mi devoción por La Habana... la ciudad añorada por Zoé Valdés, la morada de Pedro Juan Gutiérrez (que después de su estancia en Suecia, prefirió regresar a su tierra), el escenario de Buena Vista Social Club, el Paradiso de Lezama Lima (Lamama Mima), el espacio/no espacio para el infante difunto Cabrera, el tiempo soñado de una época esplendorosa. Ahora Robés me ha ayudado a rememorarla con sus fotografías en blanco y negro, con ese toque neorrealista y esa su mirada entrañable y acariciadora hacia sus gentes, sus "almendrones", su Malecón, sus casas y sus calles. 


La muestra puede verse en el Museo del Bierzo de Ponferrada hasta mediados de enero de 2012. Y la visita es gratuita. Un lujo. 

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