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domingo, 28 de marzo de 2010

Sustancias psicotrópicas y su relación con los trastornos psíquicos

Las sustancias psicotrópicas o psicotropos, que literalmente nos trastocan o nos dan la vuelta a la mente y/o el cerebro, nos abren asimismo las puertas del universo, tal vez la gatera de lo surreal, para que penetremos, decididos y alegres, hacia un más allá colorido y sonoro, infinito y quizá ilimitado, y de paso nos demos un baño balsámico de beatitud o de algo que nos endulce la vida.
A través de estas sustancias, que se utilizan como fármacos y/o psicofármacos en medicina y psicopatologías varias, logramos cambios en nuestra pecepción del espacio-tiempo, en nuestros estados anímicos, en nuestras conductas.
Estas sustancias o drogas (exógenas) frente a nuestros propios neurotransmisores químicos (psicotropos endógenos, entre otros las llamadas endorfinas y encefalinas) se encargan de modificar o alterar algunos procesos bioquímicos o fisiológicos de nuestro cerebro, a través de estimulación o inhibición. De ahí que exista un clasificación, más o menos aceptada y acertada, en sustancias depresoras, estimulantes y por último psicodélicas o alucinógenos (la psicodelia se me hace muy interesante, y espero entrarle de lleno en algún momento).
Entre las sustancias depresoras están el alcohol, el opio y sus derivados, como la morfina, heroína, codeína, metadona... y los barbitúricos y benzodiacepinas o tranquilizantes.
Entre las estimulantes se encuentran la coca y la cocaína o farlopa, el crack, la cafeína (café, té, cacao...), las anfetas y sus derivados, la nicotina.
Y para finalizar están los alucinógenos o drogas visionarias, psicodislépticos o piscodélicos, que pueden subdividirse en Menores (Cannabis y derivados: Marihuana y Hachís, Éxtasis; Mayores (el o la LSD, psilocibina, el peyote y la mescalina, Ibogaína, etc), Disociativos (Ketamina, Salvia Divinorum, etc.), alucinógenos clásicos (atropina...).
Resulta fascinante saber que los trastornos psíquicos obedecen en buena medida a este déficit o incremento de los llamados neurotransmisores o mensajeros químicos que están en nuestro organismo, dependiendo, eso sí, de otras circunstancias de vida, que inevitablemente están interrelacionadas con el incremento o disminución de estos neurotransmisores.
Entre los más conocidos están, aparte de las encefalinas y endorfinas (péptidos opioides), la Noradrenalina, la Dopamina, la Serotonina, la Acetilcolina o el GABA... implicado cada uno de éstos en alguno o varios trastornos psíquicos, a saber, una disminución de Noradrenalina con la depresión, la Dopamina (anormalmente elevada), en relación con las psicosis y la esquizofrenia así como otros trastornos afectivos (véase la manía), la serotonina (también conocida como la hormona del placer y del humor) con estados depresivos, autismo, esquizofrenia, etc., la Acetilcolina (disminuida) con el Alzheimer, y el GABA con corea de Huntington.
Continuará.

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