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martes, 4 de agosto de 2009

Gil de Biedma y su Retrato del artista

Después de leer Retrato del artista en 1956, de Gil de Biedma, me he quedado como con mal sabor de boca. Por momento he llegado a aburrirme. Que Gil de Biedma ponga en cuestionamiento a Miller, a Henry, me parece realmente atrevido. Y que no se sienta inclinado a traducir el Coloso de Marusi, obra excelsa, me saca de quicio. Por lo demás, salvo algunos pasajes de cierta intensidad lírica, que no emoción, me parece vulgar. 

En el Diario también hace referencia a Juan Goytisolo y Monique Lange. Y sobre todo el Gil nos cuenta sus devaneos amorosos/sexuales con infantes y otros. Nada interesante, al menos para mí. 

Diarios extraordinarios son el de Dalí (Diario de un genio), Mi último suspiro, de Buñuel, La linterna mágica, de Bergman, los diarios de Anaïs Nin, El oficio de vivir, de Cesare Pavese, casi todo Umbral, que es un inmenso diario íntimo o El cuaderno gris, de Plá. Continuará.

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